¿Te viene un mal pensamiento?
En tu corazón hay cierta vanidad. Y esta es la razón de todos tus exabruptos y palabras amargas. Entonces, ¡saca ese orgullo de tu corazón!
Cuando notes que te brota un pensamiento malicioso, o que empieza a dominarte un sentimiento pérfido, o que de tu boca está por salir una palabra ofensiva, arrepiéntete. Hazlo inmediatamente y deshazte de aquel pensamiento, expulsa ese sentimiento de tu corazón y detén la palabra que ibas a decir. Para lograrlo, observa atentamente lo que ocurre contigo en cada una de tus caídas. De esta atenta obervación entenderás y extraerás muchas conclusiones, tanto del modo en que te atacan las pasiones, como de tus propias reacciones. Así, completando voluntad con experiencia, aprenderás a luchar correctamente y a vencer. ¡Y vencerás, con la ayuda de Dios, sólo si no titubeas! En todo caso, necesitarás de mucha humildad… porque en tu corazón hay cierta vanidad. Y esta es la razón de todos tus exabruptos y palabras amargas. Entonces, ¡saca ese orgullo de tu corazón! No hay un vicio peor para la vida espiritual, no hay pasión que el Señor deteste tanto: “Dios se opone a los orgullosos, y otorga Su ayuda a los humildes” (I Pedro 5, 5)
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Călăuzire către viața duhovnicească, Editura Egumenița, Galați, p. 127)