Ten paciencia con tu hijo
Y cuando no te obedezca, piensa sobre tí mismo: ¡cuántas veces eres insolente con Dios y no respetas Sus mandamientos!
Tienes razón en estar triste, cuando le dices a tu hijo que vaya a la iglesia y él no lo hace, no se confiesa, no comulga. Pero cuando no te obedezca, piensa sobre tí mismo: ¡cuántas veces eres insolente con Dios y no respetas Sus mandamientos! ¿Es Él paciente contigo? Así como Dios todo de lo soporta y es indulgente contigo, también tú debes ser paciente con tu hijo. Debes aconsejarlo, sin perturbarte o enojarte, sino en paz y con calma. Si no te obedece, es tu culpa. Entonces, pídele a Dios que lo ilumine y lo conduzca por el camino de Sus mandamientos. Te suplico que le des mis saludos y dile que le pido empezar, despacito, a asistir a la iglesia, para acostumbrarse a ello.
(Traducido de: Arhim. Filothei Zervakos, Ne vorbește părintele Filothei Zervakos, Editura Egumenița, p. 59)