Tenemos que entender el verdadero significado de la contrición
Esto y solamente esto es la contrición: el deseo profundo de volver, de dar marcha atrás, de buscar nuevamente el camino perdido.
La contrición suele ser concebida como una enumeración fría y “objetiva” de nuestras faltas y pecados, como un acto de aceptación de la culpabilidad ante una acusación judicial. La confesión y la absolución de los pecados son considerados actos de naturaleza jurídica, omitiendo algo esencial, algo sin lo cual ni la confesión ni la absolución tienen un significado o una fuerza real. Ese “algo” es el sentimiento de habernos alejado de Dios y del gozo de la comunión gratífica con Él, de la auténtica vida creada y otorgada por Él.
Ciertamente, es fácil confesar que no he ayunado cuando debía, que no he orado, o que a veces me he enfurecido con mis semejantes. Sin embargo, esto es muy distinto a ser consciente de que mi alma se ha ensuciado y ha perdido su belleza, y a entender que me encuentro muy lejos de mi verdadera casa, de mi verdadera vida, y que algo precioso, puro y bello se ha roto en la estructura íntima de mi existencia. Esto y solamente esto es la contrición: el deseo profundo de volver, de dar marcha atrás, de buscar nuevamente el camino perdido.
(Traducido de: Preotul Alexander Schmemann, Postul cel mare, Editura Univers enciclopedic, București, 1995, p. 22)