Tenemos que mantener una línea de comunicación abierta con Dios
“Existe la Providencia, existe la Providencia… ¡no temas, hija, no temas, alégrate! ¡Piensa que la Providencia Divina es como una sombrilla y trata de mantenerte bajo su amparo!”.
Cuando tenía algo importante que hacer, buscaba la bendición del padre Sofronio, para no equivocarme. Por eso es que me acostumbré a llamarlo por teléfono con frecuencia.
Recuerdo que una noche lo llamé para pedirle su bendición para un asunto muy importante que debía resolver. Pero, en vez de responderme como usualmente lo hacía, se quedó callado por un momento. Y después empezó a hablarme de la Providencia Divina. Recuerdo que me repitió varias veces esta frase: “Existe la Providencia, existe la Providencia… ¡no temas, hija, no temas, alégrate! ¡Piensa que la Providencia Divina es como una sombrilla y trata de mantenerte bajo su amparo!”.
Sus palabras eran claras, con una pronunciación lenta y pura. Al final, agregó:
—Habla con Dios, hija, tal como lo acabas de hacer conmigo, como si tomaras el teléfono y lo llamaras para decirle directamente lo que sientes. Mantén todo el tiempo una línea abierta con Él, sin romper jamás esa comunicación.
El quería orientar todo en nuestra vida a un vínculo permanente con Dios.
Pero había algo que me intranquilizaba: el pensamiento de que el padre envejecía y que en algún momento habría de morir. Un día, se lo dije por teléfono:
—Estoy muy triste, padre.
Conmovido, me preguntó qué me sucedía.
—Padre, estoy triste porque un día usted morirá y yo me quedaré sola. ¿Qué voy a hacer?
—Te entiendo, pero las cosas no son así. En un momento dado, la persona madura, va conociendo más cosas y aprende a enfrentar todo con valentía. Y las decisiones que toma ya no son equivocadas. Si la oración ocupa el primer lugar en nuestra vida, hija, todo estará bien.
(Traducido de: Dumitra V. Daviti, Amintiri despre Starețul Sofronie de la Essex, tipărită cu binecuvântarea Presfințitului Laurențiu Episcopul Caransebeșului, traducere din limba elenă de Caliopi Crâsnic, Mănăstirea Piatra-Scrisă, jud. Caraș Severin, 2002, pp. 100-101)