Tener un alma equilibrada
Cuando nos golpee la desesperanza, no nos abandonemos a su merced. Y cuando estemos felicies, no nos dejemos arrastrar por esa ola, porque, sin duda, la tristeza volverá en algún momento.
Hay una ley espiritual de ascensos y descensos, en lo que respecta al estado de nuestra alma. Cuando nos golpee la desesperanza, no nos abandonemos a su merced. Recordemos que después de la tristeza viene la alegría. Y cuando estemos felicies, no nos dejemos arrastrar por esa ola, porque, sin duda, la tristeza volverá en algún momento. Tal como después de que sale el sol se juntan las nubes para que llueva, de ese mismo modo es nuestro equilibrio espiritual. El hombre con un alma equilibrada empieza a ver la Providencia de Dios en todo.
(Traducido de: Cerească Înțelepciune de la cei de Dumnezeu luminați Dascăli despre Cum să biruim deprimarea, ediția a 2-a, traducere de Constantin Făgețan, Editura Sophia, București, 2008, p. 67)