Palabras de espiritualidad

Todas las cosas comienzan en la mente del hombre

  • Foto: Valentina Birgaoanu

    Foto: Valentina Birgaoanu

Tanto nuestros adelantos como nuestras caídas comienzan en la mente. Con nuestros pensamientos nos levantamos y con ellos caemos otra vez. Por eso, puede decirse que la clave de la vida superior, la llave de la misma vida espiritual, es la regla de pensamientos que nos imponemos a nosotros mismos y la oración que elevamos en todo momento.

Todas las cosas comienzan en la mente del hombre. Tanto nuestros adelantos como nuestras caídas comienzan en la mente. Con nuestros pensamientos nos levantamos y con ellos caemos otra vez. Por eso, puede decirse que la clave de la vida superior, la llave de la misma vida espiritual, es la regla de pensamientos que nos imponemos a nosotros mismos y la oración que elevamos sin cesar. Y esa oración debería ser: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador”.

Se dice que la oración es la “respiración del alma”. Y, al considerarla de este modo, se hizo una relación entre el reflejo respiratorio propiamente dicho y la respiración del alma. Tal vínculo puede entenderse, asimismo, si pensamos que para vivir necesitamos respirar. Así, para poder vivir espiritualmente, necesitamos respirar espiritualmente, es decir, debemos orar. Por eso, algunos sabios de Dios (no sé bien quién ni cuándo) encontraron una forma de unir ese “Señor Jesucristo...”, al movimiento de nuestra propia respiración.

(Traducido de: Părintele Teofil Părăian, Lumini de gând, Editura Antim, Cluj, 1997, pp. 7-8)