La Divina Liturgia es un como un árbol grande, bello, frondoso, con un fuerte tronco, ramas, hojas y flores, en el cual los pájaros del cielo, es decir, los buenos cristianos, encuentran frutos refrescantes, refugio y descanso. Es un árbol que creció a partir de las semillas que nuestro Señor Jesucristo arrojó al mundo con la Última Cena y en presencia del Sacrificio supremo que ofreció en la Cruz, con Su mismo Cuerpo, por la salvación del mundo. Su Sacrificio sustituyó los demás sacrificios con sangre, libró a la mente de la oscuridad, le otorgó al alma del hombre nuevas fuerzas y le hizo entender las verdades que son el fundamento de la vida, además de inclinarse ante Dios, “en espíritu y en verdad”.

La Divina Liturgia es sacrificio de adoracíón, sacrificio de reconciliación, sacrificio de petición, sacrificio de agradecimiento y de loa, que es ofrecido tanto por los sacerdotes oficiantes como por todos los cristianos ortodoxos que participan con devoción en ella. Todas esas verdades están contenidas en la Divina Liturgia. Examinemos más de cerca su contenido e interioricemos su sentido.

(Traducido de: Sfânta Liturghie pe înțelesul tuturor, Editura Credința strămoșească, 2002, p. 30)