Todos podemos imitar la humildad de la Madre del Señor
Así lo hizo la Madre del Señor, quien parecía conocer las palabras de San Isaac el Sirio, según las cuales “la perfección es un abismo de humildad”.
¡Seamos humildes! Es decir, renunciemos a toda veleidad, especialmente a las veleidades religiosas. Nadie está diciendo que no podamos ocupar, siendo cristianos, lugares importantes en la sociedad, incluso puestos de mando. Claro que podemos tener un lugar importante en la sociedad, en la cultura o en la gestión de subordinados. No tiene nada de malo desempeñar esos puestos en la sociedad. ¡Que Dios permita que cada vez sean más los cristianos al frente de tales responsabilidades, para que puedan ayudar a los demás! Sin embargo, lo principal para nosotros siempre debe ser servirle a Dios, para que Él nos lleve a donde quiera que estemos. Así lo hizo la Madre del Señor, quien parecía conocer las palabras de San Isaac el Sirio, según las cuales “la perfección es un abismo de humildad”.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Maica Domnului, Raiul de taină al Ortodoxiei, Editura Eikon, Cluj-Napoca, 2003, p. 108)