Todos quieren alcanzar la paz
“Señor, puedes ver mi enfermedad. Tú sabes que soy débil y pecador. Ayúdame a soportarlo todo y a agradecerte por Tu bondad”.
Todos quieren tener paz, pero nadie sabe cómo obtenerla. Cuando San Paisos el Grande experimentó la ira, le pidió al Señor que le librara de ella. El Señor se le reveló y le dijo: “Paisos, si no quieres sentir ira, no desees nada para ti, no juzgues a nadie y no odies a nadie. Sólo así la irá no vendrá a ti”. Luego, quien renuncie a su voluntad ante Dios y ante los demás, tendrá siempre paz en su alma. Al contrario, quien guste de hacer siempre su propia voluntad, nunca podrá encontrar la paz interior.
El alma que se entrega a la voluntad de Dios es capaz de soportar cualquier tristeza y cualquier enfermedad con facilidad, porque siempre podrá orar y ver Dios: “Señor, puedes ver mi enfermedad. Tú sabes que soy débil y pecador. Ayúdame a soportarlo todo y a agradecerte por Tu bondad”. Y el Señor alivia su dolencia y el alma siente el auxilio divino, permaneciendo ante Dios llena de gozo y gratitud.
(Traducido de: Sfântul Siluan Athonitul, Între iadul deznădejdii și iadul smereniei, Editura Deisis, 2001, p. 94)