Un aspecto que solemos dejar de lado: el cuidado de nuestra mente
“El cuidado de la mente es el camino y la puerta de toda virtud y de toda acción virtuosa ante Dios”.
Cuando escuchamos las expresiones “discernimiento”, “paz mental” o “vigilia mental”, es exactmamente lo mismo que decir “pan”, “hogaza de pan” o “trozo de pan”. Dice San Hesiquio de Sinaí en la Filocalia: “El cuidado de la mente es el camino y la puerta de toda virtud y de toda acción virtuosa ante Dios”.
Esa lucidez de la atención nace del temor de Dios, y el temor de Dios nace de la fe, como dice el santo padre Máximo: “El que cree, teme, y el que teme, se despierta”.
¿En qué consiste el cuidado de nuestra mente y de nuestra atención? En estos tres aspectos:
- en observar con la mente lo que pensamos;
- en oponernos al pecado con la mente;
- en invocar al “Señor Jesucristo…”, con la oración de la mente.
(Traducido de: Arhimandritul Cleopa Ilie, Îndrumări duhovnicești pentru vremelnicie și veșnicie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 194)