Un auténtico obrero de Cristo
El padre Nicolás oficiaba diariamente la Divina Liturgia, aunque afuera lloviera o estuviera nevando, sin importarle si eran tiempos de paz o de agitación nacional. Ni siquiera durante la invasión anglo-francesa de 1917 dejó de hacerlo.
Durante cincuenta años, San Nicolás Planas ofició diariamente la Divina Liturgia. Desde las ocho de la mañana, hasta las tres de la tarde, aunque afuera lloviera o estuviera nevando, sin importarle si eran tiempos de paz o de agitación nacional. Ni siquiera durante la invasión anglo-francesa de 1917 dejó de hacerlo. A las dos de la tarde, acudía a oficiar en las capillas de la Acrópolis, que eran tan pequeñas, que solamente tenían una pequeña puerta por la que entraba el sol con toda su fuerza, haciendo que el padre Nicolás terminara con sus vestimentas sacerdotales empapadas de sudor, como un verdadero obrero de la viña de Cristo.
(Traducido de: Monahia Marta, Sfântul Nicolae Planas, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Schitul Lacu-Sfântul Munte Athos, Editura Evanghelismos, București, 2008, p. 39)