Un diálogo cercano, íntimo, con el Creador
La oración que se hace en Espíritu y en Verdad da alas y eleva el alma hacia lo alto, hasta Dios, uniéndola con Él.
La oración es una poderosa conexión entre el hombre y Dios. La oración es un inconmensurable don dado al hombre por Dios. La oración es el principio de todo bien, es un gran beneficio espiritual y físico, es protección ante el mal, es una escalera que conduce al Reino de Dios, al Cielo, es el camino a la vida, la felicidad en este mundo y también en la vida eterna. La oración que se hace en Espíritu y en Verdad da alas y eleva el alma hacia lo alto, hasta Dios, uniéndola con Él. Por medio de la oración, le pedimos a Dios el perdón de nuestros pecados, Su misericordia, paz y gracia, sabiendo que sin el auxilio de Dios no podemos hacer nada (Juan 15, 1-5). Con la oración hecha en Espíritu y en Verdad, dialogamos con Dios. Lo mismo hicieron los justos de Dios, los patriarcas, los profetas, los reyes del Antiguo Testamento y también nuestro Señor con los santos Apóstoles y sus sucesores en el Nuevo Testamento, hasta el día de hoy y mientras perviva este mundo.
(Traducido de: Protosinghelul Nicodim Măndiță, Învățături despre rugăciune, Editura Agapis, București, 2008, p. 11)