Palabras de espiritualidad

Un Dios que nos inspira amor, no pavor

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Podemos dar testimonio de que nosotros ya no sentimos hacia Dios una suerte de miedo-terror. Lo que tenemos es un temor-respeto, honra, amor y devoción.

Nosotros, los cristianos, entendemos el temor de Dios como amor, como piedad, y como respeto y honra hacia nuestro Padre, Dios. Él es nuestro Padre y está lleno de ternura hacia nosotros. Dios no es un dictador, ni un tirano, ni un déspota absolutista, como lo consideraban —y aún lo consideran— algunos. Dice San Clemente: “Los judíos hicieron de Dios un tirano, un déspota, y no un padre. Pero el temor que sienten los siervos hacia los tiranos proviene del odio”.

Dice San Justino el Mártir y Filósofo, que “es ejemplificante el hecho de que el Antiguo Testamento, mientras ordenaba a nuestros ancestros judíos el temor y el terror, prometía que Dios les daría a los hombres una nueva alianza… sin temor ni terror”.

El mismo San Clemente nos presenta lo siguiente: “El pueblo hebreo primigenio tenía el Antiguo Testamento, y la ley instruía al pueblo por medio del temor… Pero el pueblo nuevo de Dios, que es el pueblo cristiano, recibió, por parte de Dios, un Nuevo Testamento, y el temor fue sustituido por el amor”.

Dicho esto, podemos dar testimonio de que nosotros ya no sentimos hacia Dios una suerte de miedo-terror. Lo que tenemos es un temor-respeto, honra, amor y devoción.

(Traducido de: Arhimandritul Spiridonos Logothetis, Deprimarea și tămăduirea ei în învățătura Bisericii, traducere din limba greacă de pr. Șerban Tica, Editura Sophia, București, 2001, p. 91)