Palabras de espiritualidad

Un ejemplo del respeto a los padres

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

¡Que sea la voluntad del Señor! Nunca he dejado de respetar a mis padres, siguiendo el mandamiento del Señor, y jamás podría infringir la palabra de mi mamá”.

Su padre se lo llevaba a la iglesia, y allí le enseñaba cómo orar en el templo; en casa, su mamá se ocupaba de su educación, siendo una mujer muy devota. Ella fue quien sembró en el alma de aquel niño la semilla de las virtudes cristianas, de la fe, el amor, la humildad y la obediencia, que su hijo guardó con el mayor respeto hasta morir. He aquí un ejemplo muy claro de esto: cuando el padre Juan ya era párroco en Kronstadt, se resfrió gravemente, sufriendo luego de una seria pneumonía. Entonces, los médicos le recomendaron que dejara de ayunar (era el período del Ayuno Mayor) y que bebiera leche caliente. El padre les dijo que accedería, sólo si su mamá le daba su bendición y el permiso para hacerlo. Le enviaron una carta urgente a la anciana. Pasaron dos semanas, y el estado del enfermo se agravaba. Finalmente, la carta con la respuesta apareció: “Le mando mi bendición al enfermo, pero no le doy mi autorización para que consuma otros alimentos que no sean los permitidos en el Ayuno Mayor”. Los médicos le preguntaron al padre Juan: “Entonces, ¿quiere o no quiere consumir leche?”. Y él respondió: “No”. “Entonces, es posible que Usted acabe muriendo...”, insistieron ellos. El padre, serenamente, respondió: “¡Que sea la voluntad del Señor! Nunca he dejado de respetar a mis padres, siguiendo el mandamiento del Señor, y jamás podría infringir la palabra de mi mamá”.

(Traducido de: Preot Ioan Andronic, Viața părintelui Ioan de Kronstadt, în curs de apariție la Editura Doxologia)