Palabras de espiritualidad

Un pecado contra la verdad

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

El pecado de la envidia es más grave que los demás pecados, porque de él nacen los otros cinco grandes pecados: el odio, las murmuraciones, el hábito de juzgar al otro, el alegrarnos por el mal ajeno y el sufrimiento cuando al otro le va bien.

¿Qué es la envidia, hermanos cristianos, sino un pecado en contra de la verdad? El primero en cometer este pecado fue el demonio, precisamente en el Cielo. ¿Cómo? Cuando empezó a sentir envidia de Dios, preguntándose por qué Dios era más grande que él y por qué él no podía ser más grande que Dios. Siendo expulsado del Cielo, cayó en la tierra y empezó a sembrar la envidia en todos los hombres, empezando por Adán y Eva, para que infringieran los mandamientos de Dios. También sembró la envidia en el corazón de Caín, aconsejándole matar a su hermano, lo cual este cumplió sin miramientos.

¿Cómo se extingue el pecado de la envidia? Con el fuego del amor al prójimo, con la misericordia, con el perdón y la humildad, porque todo eso ahuyenta al repugnante demonio de la envidia. Armémonos con estas virtures para poder derrotarlo, tal como nos lo recomienda la Santa Escritura. El pecado de la envidia es más grave que los demás pecados, porque de él nacen los otros cinco grandes pecados: el odio, las murmuraciones, el hábito de juzgar al otro, el alegrarnos por el mal ajeno y el sufrimiento cuando al otro le va bien.

(Traducido de: Ierodiaconul Visarion IugulescuLumină pentru candela din suflet, Editura Business Print, 2011, p. 297)


 

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