Palabras de espiritualidad

Un pensamiento puro tiene una fuerza más grande que cualquier sacrificio

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Si conservas, así sea por tan sólo un instante, un pensamiento perverso sobre tu semejante, no importa que hagas cualquier sacrificio, como ayunar, velar, etc., porque de todas formas te perderás. ¿De qué te sirve la ascesis, si al mismo tiempo no te esfuerzas en rechazar los malos pensamientos?

Padre, en el Antiguo Testamento, en el Libro IV de los Macabeos*, dice: “Una mente piadosa no es la que destruye las pasiones, sino la que se les opone”. ¿Qué significa esto?

—¡Escúchame! Las pasiones se hallan enraizadas profundamente en nosotros, pero una mente piadosa, una mente buena, nos ayuda a no dejarnos esclavizar por ellas. Cuando el hombre cultiva solamente buenos pensamientos y mantiene un estado (espiritual) correcto, las pasiones dejan de obrar en él, hasta parecen inexistentes. Es decir, la mente piadosa no arranca las pasiones, sino que se les opone, lucha contra ellas, pudiendo llegar a disiparlas.

Creo que el escritor describe lo que sufrieron esos siete chicos, su madre, Santa Salomé, y su mentor, San Eleázar., debido a que tenían una mente piadosa, precisamente para demostrar el poder de los buenos pensamientos.

Un buen pensamiento tiene la misma fuerza que una vigilia de muchas horas. Tiene un poder muy grande. Así como actualmente hay armas que bloquean con rayos láser un cohete que aún no ha sido lanzado, impidiendo que sea utilizado, así también los buenos pensamientos paralizan a los que son perniciosos, en los mismos “aeropuertos” del demonio, desde donde son lanzados. Por eso, lo que debemos hacer, en la medida de nuestras posibilidades, es plantar buenos pensamientos antes de que el demonio empiece a plantar los suyos, de manera que el corazón se convierta en un jardín de flores y la oración se acompañe del aroma espiritual de nuestros corazones.

Si conservas, así sea por tan sólo un instante, un pensamiento perverso sobre tu semejante, no importa que hagas cualquier sacrificio, como ayunar, velar, etc., porque de todas formas te perderás. ¿De qué te sirve la ascesis, si al mismo tiempo no te esfuerzas en rechazar los malos pensamientos? ¿Por qué no te esfuerzas en limpiar los restos de aceite endurecido que hay en el fondo de la vasija, que son buenos únicamente para hacer jabón, y sólo después poner el aceite bueno, sino que mezclas el aceite bueno con el viejo, echándolo a perder?

Un pensamiento puro tiene una fuerza más grande que cualquier sacrificio. Por ejemplo, imaginémonos a un joven cualquiera, quien, atacado por el demonio con toda clase de pensamientos impuros, se pone a hacer vigilias y ayunos prolongados para librarse de ellos. Sin embargo, ignora que un pensamiento puro le puede dar una fuerza más grande y eficiente que todos los ayunos y vigilias.

* IV Macabeos 3, 5. En algunas ediciones de la Biblia en griego aparece este libro apócrifo de los Macabeos, que no aparece en la mayoría de versiones que son comunes en el resto de países.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovniceşti, Vol. III, Nevoință duhovnicească, Editura Evanghelismos, București, 2003, pp. 17-19)

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