Te escribo todo esto, porque he visto tu sed de aprender a orar y recibir los frutos de la oración. Además, sé que otros amigos tuyos también están interesados en hacerlo. Me pides, igualmente, que te diga si podrías ser un buen monje.

Veo buenas señales en ti, pero lo mejor es ponerte a prueba, aquí. Cuando tengas la oportunidad, ven al monasterio y quédate por unos días. Por lo pronto, ya que tienes mucho trabajo cada día y no puedes orar como quisieras, trata de levantarte más temprano y hacerlo entonces. Antes de salir al trabajo, repite la oración (“Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí”) y haz cincuenta postraciones. Los domingos y festividades de la Iglesia, gracias a que no vas a trabajar, puedes esforzarte mejor en utilizar bien tu tiempo.

Los domingos y días festivos Cristo nos da una Gracia doble. Recuerdo que, estando bajo un canon de obediencia, cada día trabajaba con el padre stárets durante algunas horas, las necesarias para procurarnos el sustento diario. Y los domingos y festividades no realizábamos ninguna forma de trabajo.

(Traducido de: Monahul Iosif Dionisiatul, Starețul Haralambie ‒ Dascălul rugăciunii minții, traducere și editare de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Editura Evanghelismos, București, 2005, pp. 210-211)