Un simple pensamiento o una simple palabra pueden ser explotados por el maligno
El demonio cazó sus palabras y sembró una pequeña discordia entre ellos, por la cual llegaron al punto de buscar realmente el divorcio.
Aún un simple pensamiento o una simple palabra pueden ser explotados por el maligno. Recuerdo el caso de una familia que vivía en completa armonía. En determinado momento, el esposo vino y le dijo, bromeando, a su mujer: “Quiero separarme de ti”. Y la mujer, también en broma, le dijo que ella también quería lo mismo. Pero el demonio cazó sus palabras y sembró una pequeña discordia entre ellos, por la cual llegaron al punto de buscar realmente el divorcio. Tan grande se hizo el problema, que pasaron por alto lo que sentían y pensaban sus hijos. Felizmente, conocieron a un padre espiritual, quien les dijo: “¡¿Por semejante tontería quieren separarse?!”. Sólo así se tranquilizaron.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești I – Cu durere și cu dragoste pentru omul contemporan, traducido del griego por el hiero-esquema-monje Ștefan Nuțescu, Schitul Lacu – Sfântul Munte Athos, Editorial Evanghelismos, Bucarest, 2003, p. 51)