Una breve oración desde la humildad
En los archivos del archimandrita Alipio, del Monasterio de las Cuevas de Pskov, se conserva un fragmento de un manuscrito de A. I. Solzhenitsyn. Es una oración corta y también un principio de vida, el cual era practicado todo el tiempo por el gran higúmeno del monasterio.
¡Qué fácil es vivir contigo, Señor!
¡Qué fácil me resulta creer en Ti!
Cuando mi mente se llena de dudas
O me inunda la desesperanza,
Cuando todos los sabios dejan de ver más lejos,
Más allá de esta noche,
Y desconocen lo que tendrían que hacer mañana,
Tú me envías la clara certeza
De que existes y que siempre has estado atento
A que el camino del bien no se termine.
Desde la cima de la vanagloria humana,
Desde donde yo no podría
Enviar a los hombres Tu luz,
Dirijo mi mirada hacia allí, con asombro,
Porque, solo, jamás
Aquel lugar podré recorrer
El maravilloso camino
Por el cual avanzan solamente los que tienen esperanza.
Y Tú me concederás
Andarlo, en la medida de mi necesidad,
Y cuando ya no pueda hacerlo
Será que Tú has dispuesto, con toda razón,
Que sean otros quienes lleguen más lejos.
(Traducido de: Arhimandritul Tihon Șevkunov, Nesfinții sfinți și alte povestiri, Editura Egumenița, Galați, 2013, pp. 154-155)