El aspecto más importante, relacionado con todas las dificultades y controversias que amenazaban con hacer estallar mi cabeza, era la forma directa en la que el padre Serafín (Rose) intentaba, con perseverancia, atraer mi atención, no a quién sabe qué polémica, sino a los principios. Para él, los fundamentos en sí no eran tan importantes, sino el modo en que vemos dichos problemas. En otras palabras, el padre remarcaba la importancia de ver las controversias con desapego, desde una perspectiva fuera de este mundo, no con pasión y autojustificación.
(Traducido de: Ne vorbește părintele Serafim Rose - Scrisori, traducere de Ștefan Francisco Voronca, Editura Egumenița, Galați, 2003, p. 137)