Una forma más simple de practicar la “oración del corazón”
En lo que respecta a la oración incesante, también se utiliza mucho esta breve plegaria: “¡Señor, ten piedad!”.
En lo que respecta a la oración incesante, también se utiliza mucho esta breve plegaria: “¡Señor, ten piedad!”. Esta es la forma de la “Oración de Jesús” que podemos practicar cuando las circunstancias no nos dejen pronunciarla completa, como en momentos de pánico, o de una alegría inesperada, o cuando padecemos alguna enfermedad grave, o incluso si experimentamos alguna visión espiritual. En este último caso, el clamor: “¡Señor, ten piedad!”, le sirve a la mente como un eco de los conocimientos gratíficos que se le muestran después de su purificación, superando su capacidad de profundizar, e imposibles de ser expresados con palabras.
(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov, Predici la Triod și Penticostar, Editura Sophia, București, 2003, pp. 8-9)