Palabras de espiritualidad

Una hermosa oración por todos nuestros semejantes

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Acuérdate, Señor, de todos los pueblos. Abrázalos a todos y cúbrelos con Tu Santísimo Manto, librándolos de todo mal y de la guerra.

Dios mío, no abandones a Tus siervos que están lejos de la Iglesia. ¡Que Tu amor reúna a todos junto a Ti!

Acuérdate, Señor, de Tus siervos que sufren de cáncer.

Acuérdate, Señor, de Tus siervos que sufren de enfermedades leves o graves.

Acuérdate, Señor, de Tus siervos que sufren de debilidad física.

Acuérdate, Señor, de Tus siervos que sufren de debilidad espiritual.

Acuérdate, Señor, de quienes gobiernan los países, y ayúdalos a hacerlo conforme a Tu voluntad.

Acuérdate, Señor, de los niños que crecen en familias con conflictos.

Acuérdate, Señor, de las familias que tienen problemas y de los divorciados.

Acuérdate, Señor, de los huérfanos de todo el mundo, de los que sufren y de los perseguidos, de las viudas y los viudos.

Acuérdate, Señor, de los que guardan prisión, de los anarquistas, de los toxicómanos, de los homicidas, de los que hacen el mal y de los ladrones, iluminándolos y ayudándolos a redimirse.

Acuérdate, Señor, de todos los exiliados.

Acuérdate, Señor, de todos los que viajan por aire, mar y tierra, y protégelos.

Acuérdate, Señor, de nuestra Iglesia, de sus santificados servidores y de todos los fieles.

Acuérdate, Señor, de todos los santos monasterios, de los padres stárets y de las madres abadesas, de todos los monjes y todas las monjas.

Auérdate, Señor, de Tus siervos que sufren los males de la guerra.

Acuérdate, Señor, de Tus siervos que son oprimidos.

Acuérdate, Señor, de Tus siervos que son como aves cautivas.

Acuérdate, Señor, de Tus siervos que han tenido que dejar sus casas y sus lugares de trabajo, y que ahora padecen.

Acuérdate, Señor, de los pobres, de los que no tienen casa y de los refugiados.

Acuérdate, Señor, de todos los pueblos. Abrázalos a todos y cúbrelos con Tu Santísimo Manto, librándolos de todo mal y de la guerra. Ampara también a nuestra amada patria, cobijándola día y noche en Tu seno, cubriéndola siempre con Tu Santísima Protección, librándola siempre de todo mal y de toda guerra.

Acuérdate, Señor, de las familias que enfrentan el dolor y de las que sufren por causa de la injusticia y las pruebas, y concédeles Tus misericordias en abundancia.

Acuérdate, Señor, de Tus siervos que sufren de toda clase de dolencias espirituales y físicas.

Acuérdate, Señor, de Tus siervos que nos han pedido que oremos por ellos.