Una oración para los momentos de tristeza y angustia, y ante cualquier pensamiento o sueño que nos intranquilice
Esta oración está basada en distintos versículos del libro de los Salmos.
De los Salmos de David:
«Oh Dios, sálvame por Tu nombre, por Tu poder hazme justicia. Señor, escucha mi clamor, estén Tus oídos atentos al grito de mi súplica. Atiéndeme y respóndeme. La congoja me llena de inquietud. Mi corazón se estremece dentro de mi pecho, me asaltan los horrores de la muerte. Me invaden el temor y el estremecimiento, y la oscuridad se apodera de mí.
Señor, Dios, salvador mío, día y noche estoy clamando ante Ti. Escucha mi plegaria, atiende mi gemido, pues mi vida está llena de desgracias y estoy al borde del abismo. ¡Ten piedad de mí, Señor, porque soy débil! Confórtame, porque mi alma está acongojada. Estoy ya consumido de tanto sufrimiento; cada noche empapo mi almohada e inundo de lágrimas mi lecho.
¿Por qué estás triste, alma mía? ¿Por qué te inquietas? Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias, a Él, que es mi salvador y mi Dios.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién podré temer? El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿ante quién puedo temblar?
Yo te amo, Señor, mi fuerza. El Señor es mi roca y mi fortaleza; es mi libertador y es mi Dios, es la roca que me da seguridad; es mi escudo y me da la victoria. Amén».