Una señal de que Dios nos está cuidando
A los que viven entre tribulaciones, la Providencia Divina no los abandona en manos de sus enemigos.
El camino de Dios es la cruz de cada día. Nadie se ha alzado al Cielo entre comodidades. Porque todos sabemos bien a dónde lleva el camino del confort. Así, al que se le entrega con todo el corazón, Dios no lo libra de preocupaciones. Esto es sufrir por la verdad. Y, del hecho de que Dios le envía aflicciones, el hombre llega a conocer cuánto le cuida Él.
A los que viven entre tribulaciones, la Providencia Divina no los abandona en manos de sus enemigos. Especialmente, si son humildes y diligentes con sus hermanos, y si cubren los pecados de los demás, acusándose a sí mismos. Así las cosas, quien desee estar libre de las preocupaciones de esta vida y, al mismo tiempo, vivir en virtud, no estará siguiendo este camino. Y es que los justos no se excusan cuando se trata de hacer el bien, y es con su propia voluntad que llegan a librar grandes luchas, para que su paciencia sea puesta a prueba. Ciertamente, un alma con temor de Dios no le tiene miedo a ningún daño físico. ¿Por qué? Porque tiene su esperanza puesta en el Señor, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
(Traducido de: Sfântul Isaac Sirul, Cuvinte despre nevoință, Editura Bunavestire, Bacău, 1997, p. 41)