Una señal inequívoca de la muerte espiritual
Alguien le preguntó al venerable Juan Climaco si hay alguna señal verídica para saber si el alma está cerca de Dios o si se ha alejado de Él.
Alguien le preguntó al venerable Juan Climaco si hay alguna señal verídica para saber si el alma está cerca de Dios o si se ha alejado de Él. Todos sabemos que hasta los objetos más comunes tienen una forma de mostrarnos si están o no en buenas condiciones; por ejemplo, cuando los alimentos empiezan a descomponerse, podemos darnos cuenta de ello porque cambian de color, de sabor, de aspecto... algunos hasta empiezan despedir un olor muy desagradable. ¿Qué sucede con el alma, que es inmaterial, y no puede darnos ninguna señal perceptible, como un cambio en su aspecto exterior o en su olor? Ante esta pregunta, San Juan respondió de la siguiente manera: un señal inequívoca de la muerte espiritual es cuando eludimos asisitir a la iglesia. El hombre cuyo corazón se ha endurecido para con Dios, en primer lugar evitará participar en los oficios litúrgicos. Al principio empezará a asisitir cada vez más tarde, para después renunciar por completo. Esta es la razón por la cual los monjes están obligados a asistir a todos los oficios litúrgicos. Es cierto que a veces surge algún problema urgente que nos impide ir a la iglesia; sin embargo, cuando no sea este el caso, nuestra presencia en la Liturgia es un deber indispensable.
(Traducido de: Sfântul Varsanufie de la Optina, Filocalia de la Optina, Editura Egumeniţa, Galaţi, 2009, p. 46)