Otra tarea de las relaciones conyugales es vencer la soledad. “No está bien” que el hombre esté solo. La división entre las personas y el aislamiento, son síntomas preocupantes de nuestros tiempos. l.a familia es una victoria sobre la división. Una nación conformada por familias armoniosas es poderosa, y eso es precisamente lo que nos falta en la actualidad.

Cuando el hombre no está solo, cuando tiene una familia armoniosa, amará también a su patria, no será indiferente a los problemas nacionales. El hombre de familia trabajará por el bienestar de su país y lo defenderá, porque en él vivirán sus hijos y nietos. Una sociedad llena de personas solas es frágil, vulnerable. El solitario no se siente vinculado con nada: si no se siente bien en su país, partirá a otro, en donde pueda llenar mejor su vientre.

Desafortunadamente, el problema principal no consta en el hecho que actualmente se funden menos familias y que muchos prefieran vivir solos, sino que muchas personas viven en soledad, aún después de formar su propia familia. Se trata de la llamada “soledad psicológica”, que tiene lugar cuando las personas viven en compañía de otras, pero no se sienten vinculadas a nadie; no sienten afecto, amor, familiaridad espiritual hacia ninguna otra persona. Y es precisamente esa soledad la que reina en nuestro mundo contemporáneo, de acuerdo a lo que dicen los psicólogos: se trata de una verdadera epidemia.

Iván Ilyin escribió:

“Sin amor vivo, el hombre se parece a un residuo muerto. Sin embargo, la amistad verdadera destruye esa soledad, la sobrepasa y hace libre al hombre, para que pueda llegar al amor vivo y creador. La amistad verdadera... ¡Si los hombres supieran apreciarla y fortalecerla...! En este mundo hay una sóla fuerza capaz de vencer la soledad del hombre: el amor.”

(Traducido de: Pr. Pavel Gumerov, Conflictele familiale: prevenire și rezolvare, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2013, pp. 70-71)