Unas breves palabras sobre el rol de la esposa en la familia
De una forma semejante al Creador, se nos dio la razón, el sentimiento y la voluntad, que son las tres cualidades de nuestra alma.
Nosotros tendemos a la perfección, que es lo que se llama “semejanza” (con Dios). Es decir, de una forma semejante al Creador, se nos dio la razón, el sentimiento y la voluntad, que son las tres cualidades de nuestra alma. Si la mujer no olvida esto, puede llegar a ser lo que los antiguos llamaban una “presbítera de amor”, es decir, una “vestal” que mantiene encendido el fuego del amor (haciendo una analogía con aquellas doncellas de la antigüedad que cuidaban que el fuego del templo no se apagara). Luego, cada esposa puede ser, en el seno de su propia familia, una “vestal”, una “sacerdotisa del amor”.
(Traducido de: Părintele Nicolae Tănase, Soțul ideal, soția ideală, Editura Anastasis, 2001, p. 19)