Padre, actualmente muchas parejas jóvenes no quieren tener hijos, porque les asusta traerlos a un mundo como el que hoy vivimos. Contaminación causada por un sinfín de productos químicos o por las centrales nucleares, una vida llena de estrés, una sociedad salvaje, guerras... Si es que estamos en tiempos del Anticristo, también yo creo que no merece la pena que la gente se siga casando y que después tengan hijos...

—¡No, Atanasio, no es así! ¿Es que los cristianos en tiempos de persecución no se casaban? ¿Dejaban de procrear? ¡Se casaban y tenían hijos! Ponían toda su esperanza en Cristo, no en los hombres. Pensar de la forma en que planteas el problema demuestra tener muy poca fe. En un instante Dios puede hacer que todo cambie, puede hacer que desaparezca todo el mal. Los hombres hacen planes, pero también Él tiene Sus propios planes. Si supieras cuántas veces el demonio ha rodeado el mundo con su cola para destruirlo… pero Dios no se lo ha permitido jamás, sino que siempre ha venido a destruirle sus planes. Y cuando el demonio hace un mal, Dios encuentra la forma de cambiarlo en algo bueno. ¡Así pues, nada de intranquilizarse!

(Traducido de: Atanasie Rakovalis, Părintele Paisie mi-a spus..., Editura Evanghelismos, București, 2006, p. 6)