Demuéstrale que te gusta estar a su lado, que prefieres quedarte en casa para disfrutar de su compañía, antes que salir a reunirte con tus amigos.

Hónrala más que a cualquiera de tus amigos, más que a tus propos hijos. Y a éstos, por amor a ella, ámalos.

Si hace algo bueno, elógiala y admírala.

Si comete algún error, aconséjala y corrígela con delicadeza. Oren juntos. Asistan juntos a la iglesia.

Si la pobreza entrar al hogar, recuérdale a tu esposa que los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, que son más grandes que cualquier emperador y potentado, vivieron en hambre y sed. Demuéstrale que ningún problema de esta vida es tan terrible como oponernos a Dios y a Su voluntad.

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieţii, Editura Egumenița, Galați, p. 117)