Palabras de espiritualidad

¡Ven y transfórmame, Señor!

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Te anhelo, Señor. Ven y atiende mi oración, porque afuera es de noche y en mi alma solo hay vacío, y oscuridad en el recinto de mi corazón.

Estoy, Padre mío, a las puertas de mi alma, y te espero, para que entres como un soberano en la recámara de mi alma pecadora. Entra, oh Buen Jesús, en el templo de mi corazón y llénalo de alegría y esperanza de salvación. Ven, Jesús, a mi humilde morada. Ven, Jesús, a mi triste y vacío interior, y transfórmalo en un trono para la Santísima Trinidad y un templo de Tu Espíritu Santo. Ven, y, en vez de que lo hagan los ángeles y los hombres, yo mismo entonaré para ti “¡Hosana!” y “¡Aleluya!”.

Ven, porque te llamo. Ven, que te espero. Ven, Jesús. Te anhelo, Señor. Ven y atiende mi oración, porque afuera es de noche y en mi alma solo hay vacío, y oscuridad en el recinto de mi corazón.

(Traducido de: Mi-e dor de Cer, Viața părintelui Ioanichie Bălan, Editura Mănăstirea Sihăstria, Vânători-Neamț,  2010, p. 193)