Viajar, sí, pero con un propósito
Cuando viajes, trata de obtener un provecho espiritual de todo lo que hagas, viendo lo que hay de bueno en cada situación, y sin dejarte engañar por la apariencia de los placeres.
Cuando viajes, trata de obtener un provecho espiritual de todo lo que hagas, viendo lo que hay de bueno en cada situación, y sin dejarte engañar por la apariencia de los placeres. Sé más bien como la abeja, que se desvive trayendo dulzura de todas partes, y no como la mosca, que lo primero que busca es la basura.
No es fácil llegar a donde está el bien, porque el mal se mantiene más a la vista y es más atractivo. Y si te roba la mirada, es que tu corazón ama más al pecado que a la virtud.
(Traducido de: Jean-Claude Larchet, Ține candela inimii aprinsă. Învățătura părintelui Serghie, Ed. Sophia, București, 2007, p. 121)