¡Volvamos a la humanidad!
Desde el Evangelio, lo único que nos pide el Señor es que apreciemos el don de la simplicidad de Su gesto redentor.
La vida espiriual no es otra cosa que la perseverancia en mostrarnos dignos del hálito vital que Dios le otorgó a nuestro humilde ser formado desde la arcilla. ¡Desde el Evangelio, lo único que nos pide el Señor es que apreciemos el don de la simplicidad de Su gesto redentor!
La complicación del esfuerzo que Dios nos pide es una anomalía de nuestro sistema, cuando nos apartamos del mensaje salvador de la Palabra. Hemos llenado el mundo con toda clase de definiciones, mismas que ni siquiera somos capaces de respetar; hemos creado un sinfín de asociaciones y fundaciones para gestionar nuestra sistemática caridad, y nos hemos transformado en donadores y patrocinadores, haciendo de la ayuda al prójimo más un asunto de expedientes y procedimientos, que algo que dependa de una sincera relación humana.
¡Volvamos a la humanidad! ¡Esto es lo que nos pide ese Dios que no quiere perdernos por haber perdido nuestra humanidad!
(Traducido de: Părintele Constantin Necula, Ce va da omul în schimb pentru sufletul său?..., Editura Agnos, Sibiu, 2013, p. 75)