Examinémonos a nosotros mismos, preguntándonos si realmente estamos buscando al Señor y hasta qué punto anhelamos a nuestro Señor y Salvador. Nuestro encuentro y nuestro viaje con Cristo Resucitado nos conducirá, con toda seguridad, a una vida nueva en Él, a nuestra liberación y deificación. De este modo, amados lectores, ayudados por el modelo de Santa María Magdalena, esforcémonos en imitar sus grandes virtudes, llenándonos de fuerzas con la veneración de sus santas reliquias, que son fuente de don y bendición.

(Traducido de: Ieromonahul Theologos Simonopetritul, Sfânta Maria Magdalena – Sfântul odor al Mănăstirii Simonos Petras, traducere de Laura Enache, Editura Doxologia. 2015, pp. 137-138)