La vida del hombre es un don. Su vida entera, tanto física como espiritual, es un don de Aquel que fuera clavado en una Cruz. Y el Espíritu del Señor, con forma de ángel, viene a fortalecerle esa noción, exclamando con claridad las palabras del Apóstol Pablo: “Desde hoy sois de Cristo, Quien os redimió pagando un precio muy grande” (I Corintios 3, 23). Este es un credo nuevo, un credo de la salvación.

Las palabras: “Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí”, abarcan la altura espiritual a la que puede alzarse el hombre con el auxilio de la Santa Cruz y de la oración. ¡Oh, qué sentido tan profundo el de estas palabras!

¡Cómo quisiera tener la fuerza para imprimir estas palabras en tu corazón, querido lector, del mismo modo en que plasmo en estas páginas caracteres e imágenes con la ayuda del impresor!

(Trducido de: Preotul Iosif Trifa, Oglinda inimii omului, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2009, p. 47)