Abandonarse en manos de Dios trae sanación al alma
Sólo así el hombre encontrará su camino y avanzará de don en don, hasta perfeccionarse en Cristo.
Si el hombre empieza, poco a poco, a ser consciente de su propio estado y se decide, se humilla ante Dios y se esfuerza en abandonarse, lleno de confianza, en Sus manos, Dios encontrará un camino para entrar en su oscura bóveda, en su alma endurecida, para transformarlo y hacer de él un cristiano verdadero, un hombre verdadero.
Sólo entonces podrá ver a los demás como hombres verdaderos y tendrá un contacto real y una comunión real con ellos y, naturalmente, encontrará su camino y avanzará de don en don, hasta perfeccionarse en Cristo.
(Traducido de: Arhim. Simeon Kraiopoulos, Te cunoști pe tine însuți? Viața duhovnicească și problemele psihologice, Editura Bizantină, p. 125)