¿Acaso es complicado educar a nuestros hijos en la fe?
¡Qué simple es inspirarle a nuestro hijo el amor y la devoción por los oficios litúrgicos!
Qué fácil es, por ejemplo relacionar el árbol de Navidad con el relato del Nacimiento de Cristo. O qué sencillo es, en Pascua, explicarle a nuestro hijo que nuestro Señor sufrió y fue crucificado por los pecados de la humanidad. El niño entenderá que por eso no debemos pecar. Le hablaremos, igualmente, de la Resurrección y del hecho que, a pesar de ser mortales, si somos buenos, el Señor nos hará resucitar también a nosotros, como lo hizo con el justo Lázaro.
¡Qué simple es inspirarle a nuestro hijo el amor y la devoción por los oficios litúrgicos! Basta con hacerle entender que en la iglesia se siente con más fuerza la presencia de Dios, Quien ama muchísimo a los niños y los invita a venir a Su casa. Por eso, en la iglesia debemos estar en paz, haciéndonos con fervor la Señal de la Cruz y orando con fe.
(Traducido de: Irineu - Episcop de Ecaterinburg şi Irbitk, Mamă, ai grijă! : Călăuziri pentru creşterea şi educarea ortodoxă a copiilor, Editura Bunavestire, Bacău, 2001, p.12)