¡Alégrense siempre!
Piensen cuál será la alegría de los que partieron preparados, así como lo quiere Dios, hacia la vida de más allá, allí donde todo lo malo ha sido desvanecido...
El apóstol Pablo, escribiéndonos a los que todavía nos hallamos en este mundo, dice: “¡Alégrense siempre!” (I Tesalonicences 5, 16). Si aquí, donde hay enfermedades, heridas, calumnias, envidias, tristeza, odio, deseos perversos, innumerables ataques, preocupaciones incesantes y maldades repetidas, todo eso que nos provoca miles de aflicciones, el apóstol dice que podemos regocijarnos siempre, ¡piensen cuál será la alegría de los que partieron preparados, así como lo quiere Dios, hacia la vida de más allá, allí donde todo lo malo ha sido desvanecido, así como las enfermedades, los vicios, los pecados, las tristezas, el “mío” y el “tuyo”, causa de tantas infelicidades y tantas guerras!
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Editura Egumenița, Galați, 2007, p. 69)