Algunas guías para el cristiano
Si amas la mansedumbre, mantente en paz. Si siembras la paz, en todo momento hallarás motivos para el contento.
Si no te tranquilizas con el corazón, al menos hazlo con tu lengua. Y si no puedes ordenar tus pensamientos, ordena al menos tus sentimientos. Y si no puedes estar solo con tus pensamientos, al menos trata de estar solo con tu cuerpo. Y si no puedes trabajar con tu cuerpo, entristécete en tu pensamiento. Y si no puedes quedarte de pie a velar, hazlo al menos sentado en tu lecho, o incluso tendido en él. Y si no puedes ayunar dos días, ayuna al menos hasta el ocaso. Y si no puedes ayunar hasta el ocaso, al menos intenta comer sin llegar a saciarte. Si no puedes guardar la pureza de tu corazón, conserva al menos la de tu cuerpo. Si no lloras en tu corazón, que al menos tu rostro refleje tu pesar. Si no puedes practicar la caridad, al menos detente a aconsejar a un pecador. Si no puedes sembrar la paz, al menos no ames las riñas. Si no puedes esforzarte, que al menos tu mente no permanezca ociosa. Si no puedes vencer tus pecados, al menos no te envanezcas frente a los culpables. Si no te atreves a cerrarle la boca a aquel que murmura en contra de tu hermano, al menos no participes de esas murmuraciones.
Debes saber que, si de ti brota un fuego que quema a los demás, las almas que sean tocadas por tu fuego te serán reclamadas por Dios. Y aunque no seas tú quien encienda ese fuego, si aceptas que otro lo haga y te deleitas con esto, serás juzgado junto con él. Si amas la mansedumbre, mantente en paz. Si siembras la paz, en todo momento hallarás motivos para el contento. Busca la sabiduría, no el oro. Vístete con humildad y no con sedas. Busca obtener la paz, no reinos e imperios.
(Traducido de: Sfântul Isaac Sirul, Cuvinte despre nevoință, în Filocalia X, traducere din grecește, introducere și note de pr. prof. dr. Dumitru Stăniloae, Editura Humanitas, București, 2008, p. 273-274)