Palabras de espiritualidad

Algunos consejos para los jóvenes que enfrentan conflictos familiares

  • Foto: Benedict Both

    Foto: Benedict Both

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El valor de cada uno no se mide por la forma en que los demás se comportan con nosotros, sino a partir de la dignidad y la moralidad que demostramos tener.

Cuando, como consecuencia de situaciones imposibles, se llega al divorcio, o cuando después de la muerte de alguno de los cónyuges, el hombre o la mujer deciden “rehacer” su vida, uniéndose a alguien que también tiene hijos, la mayoría de las veces aparecen graves problemas. En ocasiones, es posible que el “nuevo” padre, la “nueva madre”, o los hermanastros se comporten con insolencia con ustedes, o, al contrario, puede que se comporten correctamente, pero que ustedes se sientan en inferioridad y reaccionen negativamente.

Desde luego, mi propósito no es el de juzgar a los padrastros o las madrastras, los cuales, si no se comportan correctamente con ustedes, claro que cometen un gran pecado. Lo que deseo, en primer lugar, es que no sufran en el corazón por esas cosas, porque el valor de cada uno no se mide por la forma en que los demás se comportan con nosotros, sino a partir de la dignidad y la moralidad que demostramos tener. En segundo lugar, cuando alguien pretenda burlarse de ustedes por tener otro padre u otra madre, no busquen la forma de vengarse.

De momento, es suficiente con hacer uso de los elementos positivos de la familia, esforzándose en acumular cada vez más conocimientos y experiencia, para que en el momento propicio puedan partir de esa atmósfera abusiva. Entiendo que seguir conviviendo con tales personas parezca, al día de hoy, una prueba muy grande, pero la que les mencioné es la única solución. Poco a poco podrán fundar su propia familia, sobre la base de la armonía y el entendimiento. Estoy seguro de que muchos de ustedes, gracias a la experiencia acumulada en estos años, se convertirán en muy buenos padres y madres.

Deseo que todos lleguen a ser buenas personas, a pesar del mal que les toca sufrir. La Iglesia puede ayudarlos enormemente en este aspecto, del mismo modo en que ayuda y debe ayudar a la familia en general, en todos los momentos difíciles. Es suficiente con acercarse a un buen padre espiritual. ¡No descuiden este aspecto, por favor! Este es el mejor método para salir adelante. ¡No lo desaprovechen!

(Traducido de: Părintele Timotei KilifisTinerețe curată, tinerețe frumoasă, Editura Egumenița, Galați, 2007, pp. 57-58)