Las cosas espirituales no se obtienen sin sufrimiento. Tendría que agregar que, desde luego, el padre Porfirio no pretendía obtener ningún don. De ninguna manera. Lo único que quería era alcanzar el amor del Señor, nada más. El propósito del monje —y, en general, de todo cristiano— no es obtener dones de Dios, sino solamente Su amor, vencer la autosuficiencia y entrar en amorosa comunión con Él. Este era también el propósito del anciano Porfirio. Los dones de Dios tendrían que venir después.

¿Recuerda en especial algunas palabras del padre Porfirio?

—“Amemos a Cristo todo lo que podamos. Quien ame a Cristo evitará el pecado”. Siempre hacía énfasis en el amor a Dios. Y con razón. Porque el hombre, viviendo en oración y virtud, puede librarse del infierno. Hay personas que se esmeran en no pecar, para recibir la recompensa divina y alcanzar el Paraíso. Pero también hay otros que viven en virtud porque aman al Señor, Quien “nos amó primero”, y no quieren entristecerlo. Este amor crea un Paraíso en el alma, porque es el mismo principio del Paraíso.

(Ttaducido de: Părintele Porfirie Kafsokalivitul, Antologie de sfaturi şi îndrumări, Editura Bunavestire, Bacău, pp. 22-23)