Palabras de espiritualidad

¿Amor o dependencia?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

La mayor parte del tiempo se la pasa deprimido, su salud se deteriora, deja de rendir en su puesto de trabajo.

El sentimiento de “no puedo vivir sin tal persona” o “no puedo ser feliz sin él/ella” es una señal de dependencia. El amor es libertad. Las personas pueden o no estar juntas, pueden separarse para siempre, pero quien ama se siente bien simple y sencillamente porque esa persona a quien ama existe.

El dependiente espera que su “amor” le haga feliz. En realidad, nadie, excepto tú, podría hacerte feliz o infeliz. De hecho, el dependiente no es capaz de encontrar felicidad en la relación de pareja. La mayor parte del tiempo se siente intranquilo, lleno de temores, dudas, celos y sospechas hacia la otra persona. Como bien lo dice el nombre, esta persona “depende” de cada mirada del ser “amado”, de cada palabra suya, de su mismo tono de voz. Al poco tiempo de iniciar la relación, esta se vuelve un sufrimiento para el dependiente. La mayor parte del tiempo se la pasa deprimido, su salud se deteriora, deja de rendir en su puesto de trabajo.

El más desagradable momento en la vida del dependiente es el encuentro mismo, degustación que se asemeja con la euforia del alcohólico, saboreando la proximidad del momento en el que pondrá la bebida en su boca. Sin embargo, esta euforia se cierra casi siempre con una frustración. La dosis de “amor” que exige el dependiente crece constantemente, al tanto que el “donador” observa que no es capaz de aumentarla sin cesar. Por eso, comienza a limitar la “dosis”. Finalmente, huirá de esta relación de pseudo-amor.

(Traducido de: Dmitrii Semenik, Dragostea adevărată: taina dragostei, înainte și după căsătorie, traducere de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2012, pp. 10-11)