«El dolor que sientes por la incredulidad de otros demuestra tu amor por Cristo. Ya sabrás que el dolor es una de las expresiones más conocidas del amor.

Lo que sí tienes que hacer es evitar odiar a quienes no creen. Una actidud así sería perjudicial para ti e infructífera para los otros. Tienes que compadecer a todos, como si fueran unos viajeros que cayeron en la emboscada de una banda de malhechores que se lanzaron sobre ellos para robarles todo. Apiádate de ellos, del mismo modo en que te apiadas de los pobres que te piden algo en la calle. ¡Ante todo, eleva a Dios tus plegrias por ellos! Tienes que ser un misionero. La primera regla del misionero es orar a Dios por quienes han caído de la fe. ¡Que la Gracia de Dios esté contigo!».

(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Răspunsuri la întrebări ale lumii de astăzi, Editura Sofia, p. 12)