Apotegmas de los Padres del Monasterio Óptina
Concéntrate en tu salvación mientras sea de día; esmérate en alcanzar la virtud.
Nuestra salvación depende de nuestra fe y esperanza en la misericordia de Dios, de nuestro abandono en Su santa voluntad.
Sin la compunción de corazón, la humildad, la paciencia y el amor, es imposible salvarnos. Al contrario, si contamos con estos medios, la lucha se facilita y las trampas del maligno se desvanecen. (San Macario)
Es posible alcanzar la salvación en cualquier sitio, sólo si no nos apartamos del Señor. Aferrémonos, pues, a la túnica de Cristo y Él no nos dejará. (San Barsanufio)
¡Cuánto trabajo, cuánto esfuerzo, cuántas enfermedades, carencias y aflicciones debemos soportar hasta alcanzar el descanso eterno en el Paraíso! ¡Pero nosotros creemos que descansando cómodamente y después de haber llevado una vida de lujos podremos entrar al Reino de los Cielos...! (San Antonio)
Concéntrate en tu salvación mientras sea de día; esmérate en alcanzar la virtud. Insisto, debes esforzarte, porque sólo los que se esfuerzan obtienen el Reino de los Cielos. (San José)
Cada uno de nosotros debe cuidar mucho de sí mismo, de su alma y de su propio provecho espiritual, porque, de acuerdo a las palabras del Apóstol, cada uno deberá responder ante Dios. Y es aquí de donde proviene nuestra confusión, del hecho que buscamos más cómo enseñarles a los otros y nos esforzamos no sólo en convencerlos de nuestras ideas, sino en demostrárselas también con argumentos diversos, con tal de que cambien las suyas.
(Traducido de: Ne vorbesc Stareţii de la Optina, Editura Egumeniţa, 2007, pp. 223-224)