Aprendamos a sentirnos ante la presencia de Dios
“En todo lugar están los ojos del Señor, él observa a los malos y a los buenos” (Proverbios 15, 3). ¡Si tan solo mantuviéramos esto presente todo el tiempo!
“En todo lugar están los ojos del Señor, él observa a los malos y a los buenos” (Proverbios 15, 3). ¡Si tan solo mantuviéramos esto presente todo el tiempo! No solo no nos atreveríamos a hacer lo que nos apetece o entregarnos a los placeres mundanos, sino que ni siquiera interiormente —en los pensamientos de nuestra mente y en los movimientos de nuestro corazón— nos permitríamos hacer algo desagradable a Dios. Permaneceríamos como un guardia real ante su soberano, con toda la concentración y el rigor necesarios, para no parecer que desconocemos las normas y también para no recibir el castigo divino. Para nosotros, esas normas son los mandamientos de Dios, que nos enseñan cómo deben ser nuestros pensamientos y nuestros estados espirituales. Ciertamente, en todo esto tenemos que mostrarnos como personas íntegras.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Traducere din limba rusă de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2011, p. 27)