Palabras de espiritualidad

Aprendamos a soltar nuestras preocupaciones y démosle Su lugar a Dios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

También Cristo, sin que entiendas el cómo, lo hace todo. Entonces, ¿por qué te aturdes? ¿Por qué te complicas tanto la vida?

 “El alma tiene que confiar en Cristo, invocarlo y no temerle a nada” (San Hesiquio).

Entonces, indiferentemente de lo que suceda en tu vida o de lo que hayas hecho, como pecar, fracasar o cometer las acciones más oprobiosas, no permitas que tu alma pierda el coraje y la esperanza. ¡Que invoque a Cristo, sin importarle nada más!

San Hesiquio nos enseña a apartar cualquier sombra de tristeza, de frustración, de soledad o de cualquier cosa que debilite nuestro organismo, exhortándonos a mantenernos atentos a lo que pasa en nuestra alma y a clamar con toda atención: “¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!”. Todo lo demás queda en manos de Él. Tal como el hombre, cuando oprime el botón de arranque de cualquier aparato, hace que este ejecute acciones realmente asombrosas y bellas, sin conocer a detalle cómo funciona el mecanismo del artefacto, también Cristo, sin que entiendas el cómo, lo hace todo. Entonces, ¿por qué te aturdes? ¿Por qué te complicas tanto la vida?

(Traducido de: Arhimandritul Emilianos Simonopetritul, Cuvânt despre trezvie. Tâlcuire la Sfântul Isihie)