Palabras de espiritualidad

Arrepentirse no significa renunciar a la alegría de vivir

  • Foto: Valentina Birgaoanu

    Foto: Valentina Birgaoanu

¡El pasado es irrecuperable! Por eso, la contrición es algo presente, con miras al futuro, porque es, en esencia, abandonar el pecado, nada más.

Toda la contrición debe realizarse con alegría. El arrepentimiento es algo que se hace de cara al futuro. No estoy de acuerdo con ese arrepentimiento que tiende solamente a ver al pasado. ¡Pero es que nosotros vemos la vida hacia adelante, avanzando! ¡El pasado es irrecuperable! Por eso, la contrición es algo presente, con miras al futuro, porque es, en esencia, abandonar el pecado, nada más. Nunca he estado de acuerdo con una contrición “de penitenciaría”, sino que siempre he exhortado a una contrición serena, con esperanza, con alegría. Y entonces, si el arrepentimiento es experimentado con alegría, significa que hay un estrecho vínculo entre arrepentimiento y alegría, y que no puede exluirse la contrición, cuando la alegría se halla presente.

Pensemos, por ejemplo, en el hijo pródigo (¡cuánto me gusta esa parábola!), quien, cuando volvió, fue recibido por su padre entre besos y abrazos, ordenando que se hiciera una celebración, un gran banquete en honor del que acababa de regresar. Pero, si el hijo se hubiera echado a llorar y a quejarse sin parar, no hubiera podido participar de tal banquete. Pero su padre no le pidió nada.

¿Qué le pidió nuestro Señor Jesucristo, por ejemplo, al Santo Apóstol Pedro, para ser reinstalado como apóstol, después de haberle negado tres veces? ¡Al tercer día se les mostró nuestro Señor Jesucristo! Y es que puso acento en el amor, ¡y el amor es felicidad, regocijo! En su esencia, como dije antes, el arrepentimiento es dejar el pecado, no solamente lamentarse por ello. Es decir, Dios no quiere que seamos una partida de llorones, sino que quiere que nos gocemos en Él, en Su Evangelio, en Su Palabra, en Sus dones.

(Traducido de: Arhimandrit Teofil PărăianIubirea de aproapele – ajutor pentru bucuria vieții, Editura Doxologia, Iași, 2014, pp. 63-64)