Aspectos esenciales a tomar en cuenta cuando oramos
Cuando el vaso del alma está limpio, él solo se llena de la Gracia Divina. De la obediencia brota la oración, y de la oración, la teología.
El stárets siempre hablaba de la necesidad de practicar la obediencia, mas cuando alguien le preguntaba: “Padre, ¿cómo obtener la oración? ¿Cómo obtener la Gracia?”, decía:
—Cuando el vaso del alma está limpio, él solo se llena de la Gracia Divina. De la obediencia brota la oración, y de la oración, la teología.
Padre, ¿cómo practicar la “Oración de Jesús”? ¿Hay que hacerla completa, es decir: “¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!”?
—No, podría resultarles muy cansado. Es suficiente con cinco palabras: “Señor Jesucristo, apiádate de mí”. Si avanzas en la oración, tú solo podrás acortarla más, según el deseo ferviente de tu alma, diciendo: “¡Jesús mío, apiádate!” o “¡Dulcísimo Jesús, apiádate!”. Es posible que, lleno de añoranza divina, puedas simplemente llamarle: “Jesús, Jesús...”. Y si te haces digno de alzarte aún más, te quedarás sin voz, como en éxtasis, debido al calor de la Gracia que empezarás a sentir.
(Traducido de: Ieromonahul Iosif Aghioritul, Starețul Efrem Katunakiotul, Editura Evanghelismos, București, 2004, p.123)