¡Atento cuando algún amigo te elogie o te reprenda!
Mas fieles son las heridas que te produzca tu amigo, que el beso voluntario de tu enemigo, porque éste —a veces con razón, otras sin ella— si reprende a uno, no lo hace por su bien, sino para avergonzarlo.
Porque yo también amo al que me ama, pero cuando me reprende y me grita para corregirme, entonces siento que me ama aún más, a diferencia del que elogia a su amigo, sin importar si hace bien o mal. Porque éste no es un amigo verdadero, sino uno falso y mentiroso. Cuando alguien elogia al que hace algo bueno, o lo regaña por algo malo que ha hecho, pero en secreto, es decir, estando ellos dos solos, es porque es un amigo fiel y amado. Y cuando algún enemigo me encomia, no recibo sus palabros. Sin embargo, cuando mi amigo me regaña, las heridas que me hace son amadas por mí, así como dice aquel filosófico proverbio: “más fieles son las heridas que te produzca tu amigo, que el beso voluntario de tu enemigo, porque éste —a veces con razón, otras sin ella— si reprende a uno, no lo hace por su bien, sino para avergonzarlo.”
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Mărgăritarele Sfântului Ioan Gură de Aur, traducere din limba chirilică de diacon Gheorghe Babuţ, Editura Pelerinul Român, Oradea, 1994, p. 62)