¿Aún no te decides a seguir al Señor?
Pídele el poder y la sabiduría que necesitas para no renunciar a lo que tienes que hacer, sin importar qué obstáculos haya en tu camino, hasta que encuentres la mejor manera de servirle a Él y a los demás.
«Si quieres entender a Dios, haz lo que Él te pida que hagas. “¡Quién quiera seguirme, que tome su cruz, que renuncie a sí mismo y me siga!”.
Dices que has renunciado a una parte de ti, que has dejado de fumar y que quieres seguir cambiando tu vida… ¡pero aún no te decides a cargar esa cruz!
La cruz significa no hacer lo que sientes la necesidad de hacer, sino lo que el Señor pide de nosotros: ¡trabajar, servir al prójimo, perdonar, no juzgar, amar sin condiciones! Así pues, ¡levántete, toma tu lecho (¿tu desidia?) y síguelo a Él! Pídele el poder y la sabiduría que necesitas para no renunciar a lo que tienes que hacer, sin importar qué obstáculos haya en tu camino, hasta que encuentres la mejor manera de servirle a Él y a los demás,
¡Ten valor, amada hija!
¡Grandes alegrías te esperan, si eres una sierva de Dios buena y fiel!
¡Lee nuevamente la “Parábola de los talentos” y permanece atenta!».
(Traducido de: Monahia Siluana Vlad, Dăruindu-ne, intrăm în bucuria Lui, Editura Doxologia, 2010, p. 111)