Palabras de espiritualidad

Avanza firme hacia Cristo

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

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Bendito sea el Señor Dios, que ha amado tu salvación y ha dirigido tus pasos por el camino de la paz, para que llegues a la tierra prometida de la pureza, que fluye con la leche y la miel de la Gracia.

«El Señor está cerca, Quien a todos llama a la verdad, y el mismo Señor bendice a todos los que lo buscan. “Llámame en el día de tu aflicción y Yo te libraré, y tú me glorificarás. Y los que buscan al Señor no carecerán de ningún bien”. Por tanto, hermano, no te dejes caer en la desesperanza; más bien, confiando en Dios, mantente atento y, con todo tu corazón, acude a Él, contándole todas tus tristezas y también tus dudas. Y cuando te asuste pensar en las dificultades que puedan venir, dite a ti mismo: “para Dios nada es imposible”. Yo, con mi doble amor de hermano y con el cuidado que tengo por ti, me he llenado de alegría al ver que se acerca el día de tu liberación, salvadora para tu alma, de la sufriente esclavitud de Egipto hacia el rebaño de los hijos de Dios. Bendito sea el Señor Dios, que ha amado tu salvación y ha dirigido tus pasos por el camino de la paz, para que llegues a la tierra prometida de la pureza, que fluye con la leche y la miel de la Gracia.

Ha llegado el momento, hermano, ha llegado ya. Avanza con firmeza hacia Cristo. ¡Bendito sea el camino que ahora atraviesas! “El que camina tras el Señor no anvanza en la oscuridad, sino que tiene la luz de la vida”. Sin duda, hallándote en este camino, no te arrepentirás, sino que le agradecerás a Dios por el amoroso cuidado que te prodiga, porque puedes vivir junto a quienes han sido elegidos por Él. El gran Moisés dejó a la hija del faraón y prefirió sufrir con los hombres de Dios, antes que gozar de la efímera dulzura del pecado. Si meditas en tu ocupación de antes, te dolerá y llorarás por haber perdido el mejor tiempo sirviendo en la sinagoga de Baco. Por todos tus esfuerzos hasta ahora, no tendrás ninguna recompensa, ni en este mundo ni en el venidero, aparte de lo que ahora tienes en tus manos».

(Traducido de: Starețul Moise de la Optina, Editura Doxologia, Iași, 2013, p. 207)

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